Honduras: el anhelo profundo

Nelly del Cid. Sanadora, feminista residente en la zona norte del país.

¿Qué está pasando en Honduras?

Estamos enfrentando la imposición de un régimen que utiliza todo su poderío militar y mediático para imponerse a la fuerza. Está pasando que hay un pueblo que está diciendo No, no es como en otro tiempo. A pesar de toda la brutalidad, la gente tiene una determinación y claridad en lo que quiere. Quiere que este dictador asesino y corrupto se vaya. Como se va a hacer para lograrlo  no se sabe, pero la claridad está y por eso no se suelta la lucha. Han hecho cantidad de atrocidades y la gente está
ahí, y solo va creciendo el enojo. Hay mucho enojo y resentimiento que abona a la injusticia histórica que vivimos como pueblo.

¿Ustedes sostuvieron una toma en su barrio?

Sí, mi colonia es una colonia popular que está en medio de dos calles principales, yo vivo en el sureste de la ciudad, esas calles estuvieron tomadas, y decidimos mostrar que no estamos de acuerdo y tomamos, hicimos un paro, fue importante porque la calle es como un vía de escape o alterna a esas principales, al bloquearla pensamos que algo aportábamos. Ahí estuvimos, desde el inicio, después de la militarización tan grande se suspendieron las otras, desalojadas de manera violenta, nosotras suspendimos y buscamos otras estrategias de lucha, y reconocemos que la comunidad está muy dividida, gente que tiene su mente comida por el régimen y otra que quiere cambios, pero tiene mucho miedo. y otras que ya no tenemos miedo, decidimos optar por buscar lo más cerca de nosotros para tener un poco más de fuerza, un grupo que intenta hacer algo más.

¿Para navidad que van a hacer?

Ese sentido festivo no está en la comunidad, no suena la música tradicional, no se ha adornado, pero el grupito que hemos estado en la toma, la calle esta con las barricadas que pusimos, dijimos que nosotras no la vamos a quitar y el colectivo va a celebrar la navidad en la calle con la contribución de todos. Vamos a celebrar con un sentido de recuperación de un clima de hermandad, complicidad, comunidad que conecta con los anhelos de cambio. Que se convierta en un símbolo en la comunidad que está muy anclada en el conformismo y el miedo, que sea un símbolo de cómo se puede hacer comunidad. Estamos apelando a lo simbólico, porque lo que hemos hecho ha sido muy simbólico, la gente se veía obligada a realizarse pero la gente del sector sabemos que hay una ruta alterna, pero funciono muy bien y queremos seguir apelando a lo simbólico. Hemos hecho esto con lo que hemos podido estar, con quien quiere vivir diferente, es un grupo pequeño, la mayoría mujeres y tuvimos un hecho que antier se quedaron jóvenes y dos patrullas motorizadas sse querían llevar un joven y dos mujeres se enfrentaron a cuatro militares, para que no lo llevaran. Había un hombre adulto y huyó, las dos mujeres se enfrentaron a dos motorizadas. Las mujeres no estamos llevando niños, al rato los sacamos para que jueguen y ellos le llaman la quemada, porque prendemos fuego pero también los mandamos a la casa porque hay momentos tensos, porque pasó un contigente fuerte de policías y otro militar, hubo mucha tensión. Pasò una patrulla y se bajaron con sus armas en mano, solo los observamos, pero no les hablamos. Era mucha tensión para los niños, los sacamos por horas pero los regresamos. Han matado niños y no queríamos exponerlo.

Cuál es la llamada a quien lea este texto?

La llamada es a no rendirse, mantener nuestro espíritu, queremos una vida digna, tenemos derecho a ella, una vida buena para todas, para todos, la vida que nos merecemos como pueblo donde podamos tener lo que necesitamos. No nos rindamos, a pesar que nos digan que se van a imponer no lo van a hacer, podrán hacerlo pero no van a arrancar nuestro anhelo profundo de cambio.